martes, 13 de octubre de 2009

noche en el nuevo Oeste

La noche se presentaba sibilina, indigestada de horas, segundos y minutos e iluminada por faros uniformados…….
Y allí estábamos para contemplar aquel gran teatro callejero, al cuál me había llevado mi ilustre lacayo.
Un joven de sonrisa interiorizada servía las mesas cuál Cleant Eastwood hostelero y cuya arma intimidatoria era una bandeja de metal, que seguro no dudaría en apretar contra la sien de cualquier cliente para sacarles información o cualquier otro fin.
Degustamos algunos manjares dignos de mi alta alcurnia y tras saldar cuentas con aquel forajido, dirigimos nuestros pasos a otra cantina, siempre vigilando, de reojo que los múltiples sheriffs que custodiaban el lugar en sus vehículos de cuatro ruedas no fueran a descubrir nuestro insurrecto plan de hacernos con la supremacía del poder establecido de unos cuantos vasos de cristal custodiados en algunos casos por unos cuadrados sirvientes de agua.
Intentamos entrar en la cantina pero se ve que los Sheriffs habían cumplido bien su tarea y tras descubrir nuestras caras en la lista de los delincuentes mas buscados, no nos dejaron entrar, así que cautelosamente nos escabullimos hasta otro lugar donde poder llevar a cabo nuestro plan.
Al fin hallamos un lugar un poco mas apartado donde no nos reconocieron y mezclándonos entre mas insurrectos y malhechores disfrazados de personas decentes y cómo dios manda, entramos.
Cuando hubo pasado un tiempo prudente o imprudente, quien sabe, y habiendo derrocado algunos reyezuelos y dictadores cristalinos, volvimos a nuestros escondites de lujuria y desenfreno (bueno, en mi caso, lujo si, pues para ello soy de alta alcurnia).

El Marqués y su lacayo. Octubre 2009.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

la Casi Noche de los museos

La noche se presentaba bien:
Para abrir boca, mi lacayo me llevaría a degustar el deliciosos elíxir que gusta a las clases altas, medias y bajas, a féminas y machos ( perdón feminos), a volúmenes ampliados y reducidos, LA CRUZCAMPO, a un pequeño bar donde poder mezclarme con parroquianos del populacho, actividad que por otra parte práctico quizás demasiado habitualmente( o eso piensa mi higado), El Jóta.
Todo esto cómo preparación, clarividente está (  antés de que digan que tál palabro no existe recuerden que por ser Marqués tengo derechos adquiridos sobre los vocablos) a La Noche de los Múseos.
Por y para ello, ella (no vaya a ser que se ofenda alguna minístra) llamé a mi lacayo ( minutos antes le había tenido que quitar una copa del elíxir de su mano y mandarlo a despejarse un poco) y le mandé a por la limusina para que me llevara al lugar de encuentro con mis admiradores, pero trás recordarme que la noche anterior unos amables señores vestidos de azul y con unas graciosas gorras se habían ofrecido para guardarlo en un  garaje de lujo y que así no sufriera ningún desperfecto, decidí que iríamos dando un bonito paseo de cuarenta y cinco insignificantes minutos.
Al llegar al lugar de encuentro, tenían preparada mi llegada, clarividente está, pero les mandé recoger todo para no crear ningún tipo de revuelo ( veáse avalancha, desmayos etc...) de la masa social.
Trás tomar un poco más de elixir con mis agraciados( por gozar de mi amistad) amigos y rechazar la compañía insistente de algunas féminas, ( lo mucho agota) me indicaron que en el edificio de al lado habían preparado un espéctaculo de danza en mi honor pero la abundancia de elíxir en mi cuerpo podría hacer que mis ojos no apreciaran lo suficiente tal arte y no ví adecuado mi presencia y aunque ellos ( los organizadores)  me propusieron hacerlo otro día, yo decidí que debían disfrutarlo todo el populacho alli reunido aún sin mi presencia.
Para la vuelta a mi palacete del siglo XXI el aire recuperaría mis sentidos y así lo hice en compañia de mis agraciados amigos.
                 
                                                                                                                        El Marqués y su lacayo

lunes, 14 de septiembre de 2009

viajes a "tutiplen"

viaje a " tutiplen" con Viajes Elmarquesysulacayo, viajes sin prisa, relajados a la vez que divertidos y jóviales, con todo incluido por bajos precios. Viajes repletos de chascarridos y comentarios ingeniosos.
Viajes donde la buena música toma un papel relevante y es en muchos casos, en directo. Y por supuesto buena compañía.
No lo piense más, mezclese con el pueblo llano, viaje ya con viajes Elmarquesysulacayo.